La nanosílice es un nanomaterial importante.
En cuanto a su estructura y tamaño, su tamaño de partícula es nanométrico, generalmente entre 1 y 100 nanómetros. Este tamaño ultrapequeño de partícula le confiere una gran superficie específica, una característica clave de la nanosílice que le confiere numerosas propiedades especiales.
En términos de propiedades físicas, la nanosílice es generalmente un polvo blanco. Posee buenas propiedades ópticas, una fuerte absorción y dispersión de los rayos ultravioleta, y puede actuar como protector solar contra los rayos ultravioleta. Además, su tamaño nanométrico le confiere efectos de tamaño cuántico y pequeño, lo que la distingue de los materiales convencionales en términos eléctricos y magnéticos, como la posibilidad de modificar la constante dieléctrica.
Propiedades químicas: la nanosílice posee una buena estabilidad química, resistiendo la corrosión por ácidos, álcalis y otras sustancias químicas, y mantiene su estabilidad estructural en diferentes entornos químicos. Contiene una gran cantidad de grupos hidroxilo en su superficie, lo que le confiere cierta actividad y permite combinarse con otras sustancias mediante reacciones químicas.
En su campo de aplicación, la nanosílice desempeña un papel importante en numerosas industrias. En la industria de la pintura, puede mejorar la dureza, la resistencia al desgaste y la resistencia a la intemperie de la pintura, además de mejorar sus propiedades reológicas para evitar la sedimentación de pigmentos. En la industria del caucho, como agente de refuerzo, puede mejorar significativamente la resistencia, la tenacidad y la capacidad antienvejecimiento de los productos de caucho. En el campo de la cerámica, la nanosílice puede reducir la temperatura de sinterización de la cerámica, a la vez que mejora su densidad y sus propiedades mecánicas. En el campo de la biomedicina, puede utilizarse como portador de fármacos, aprovechando su tamaño nanométrico y su buena biocompatibilidad para lograr una administración eficiente de fármacos.